¿Qué es la RCP?
La sigla RCP es sinónimo de resucitación cardiopulmonar. La RCP es un procedimiento de urgencia que consiste en administrar compresiones torácicas y respiración artificial (boca a boca). Cuando se administra correctamente, la RCP puede ayudar a restaurar la respiración y el flujo sanguíneo en las personas que sufren un paro cardíaco. Las causas de un paro cardíaco en los niños y adolescentes en general se deben a una lesión o enfermedad grave, y rara vez a una enfermedad cardíaca subyacente. Algunas otras causas pueden ser:
- ahogamiento
- sofocación
- electrocución
- envenenamiento o intoxicación
- reacciones alérgicas que ponen en peligro la vida (anafilácticas)
Los programas locales de recreación, las clases avanzadas de natación y los programas de primeros auxilios suelen ofrecer cursos de RCP. Los conocimientos básicos son sencillos y en general no lleva más que un par de horas aprenderlos.
Cómo administrar RCP al niño
Compruebe si su niño responde golpeándole suavemente el hombro y preguntándole en voz alta, “¿Estás bien?”. Si no contesta, llame de inmediato al 911. Si hay alguien más con usted, pídale a esa persona que haga la llamada.
Si su niño no responde, compruebe si tiene alguna herida. Si su niño necesita atención médica, pídale a alguien que llame de inmediato al 911. Si no hay nadie más con usted, no se aleje de su niño para llamar al 911 sin haberse asegurado de que esté respirando.
Busque signos de respiración
Para verificar la respiración, fíjese si se le mueve el pecho. También puede colocar la oreja sobre la boca del niño para escuchar y sentir si respira. Si su niño está inconsciente y no respira, llame de inmediato al 911. Si hay alguien más con usted, pídale a esa persona que haga la llamada.
Compresiones torácicas
Para iniciar la RCP, acueste a su niño sobre una superficie firme y plana. Si sospecha que ha recibido una lesión en el cuello, coloque una toalla o un periódico enrollado detrás de la nuca del niño. Coloque la base de la palma de una de sus manos sobre el tercio inferior del esternón del niño y realice 30 compresiones torácicas rápidas. Asegúrese de aplicar una presión suficiente para que el pecho se le hunda unos cinco centímetros (2 pulgadas). Esto hará que la sangre le fluya hacia el cerebro y otros órganos vitales
Abra las vías respiratorias
Después de las primeras 30 compresiones torácicas, coloque la palma de la mano sobre la frente de su niño. Colóquele dos dedos bajo la barbilla e inclínele suavemente la cabeza hacia atrás. Esto le abrirá las vías respiratorias
Inicie la respiración artificial
Tápele la nariz con una mano, coloque su boca sobre la del niño y exhale lentamente dos veces. Asegúrese de ver que el pecho del niño se eleva cada vez que usted exhala
Repítalo
Repita cada dos minutos este ciclo de 30 compresiones y dos respiraciones, hasta que llegue la ambulancia o su niño comience a respirar de nuevo.
Posición lateral de seguridad
Después de una RCP, es normal que el niño vomite y tenga dificultades para respirar. Simplemente colóquelo en la posición lateral de seguridad, con el rostro vuelto ligeramente hacia abajo. Asegúrese de que nada le bloquee ni le tape la boca y la nariz. La posición lateral de seguridad ayudará a mantener abiertas las vías respiratorias del niño.
Puntos clave
- La RCP consiste en administrar compresiones torácicas y respiración artificial (boca a boca)
- La RCP ayuda a restablecer la respiración y el flujo sanguíneo al cerebro y otros órganos vitales
- Si su niño está inconsciente y no respira, llame de inmediato al 911
- Para verificar la respiración, fíjese si el pecho de su niño se mueve. También puede colocar la oreja sobre la boca del niño para escuchar y sentir si respira
- Si sospecha que ha recibido una lesión en el cuello, coloque una toalla o un periódico enrollado detrás de la nuca del niño
- Después de administrar la RCP, coloque a su niño en la posición lateral de seguridad. Esto le mantendrá abiertas las vías respiratorias