Esta sección tiene respuestas de otras preguntas sobre los medicamentos para la AIJ. Si tienes más preguntas, hablar con tu médico.
¿Y las vacunas?
Necesitamos vacunarnos para prevenir infecciones. La AIJ en sí no causa problemas con las vacunas. Sin embargo, los medicamentos para la AIJ pueden disminuir la protección que te ofrecen las vacunas. Algunos medicamentos para la AIJ pueden limitar el tipo de vacunas que puedes recibir de manera segura. Puede ser riesgoso que te den ciertas vacunas.
Hay dos tipos distintos de vacunas: las vacunas inactivas y las vivas. Las vacunas vivas no se deben administrar cuando estás tomando ciertos tipos de medicamentos.
Fármacos seguros con TODAS las vacunas
Los AINE, la sulfasalazina y la hidroxicloroquina no alteran el sistema inmune. TODAS LAS VACUNAS DE RUTINA SON SEGURAS.
Fármacos seguros con ALGUNAS vacunas
Los corticoesteroides, el metotrexato, la leflunomida, la ciclofosfamida, la azatioprina, la ciclosporina y los agentes biológicos SÍ alteran el sistema inmune.
LAS SIGUIENTES VACUNAS INACTIVAS SON SEGURAS Y SE LAS RECOMIENDA
- Difteria, tétano, pertusis
- Vacuna inactiva contra la polio (inyección)
- Neumococo (Prevnar o Pneumovax)
- Meningococo (Menjugate, Menjutec, Menactra)
- Haemophilus influenza tipo B
- Vacuna contra la influenza (gripe) (inyección)
- Vacuna contra la hepatitis B y vacuna contra la hepatitis A
- Gardasil: la vacuna contra el virus del papiloma humano
Las SIGUIENTES SON VACUNAS VIVAS. Se las considera PELIGROSAS con los fármacos mencionados anteriormente. ESTAS VACUNAS NO SE DEBEN ADMINISTRAR hasta que se hayan suspendido estos medicamentos durante al menos un mes o dos:
- Sarampión, paperas y rubéola (SPR)
- Vacuna oral contra la polio
- Vacuna contra la varicela
- BCG (la vacuna contra la tuberculosis)
- Fiebre amarilla
- Vacuna contra la influenza nasal (gripe)
Si tienes algunas pregunta sobre la seguridad de una vacuna pregúntale a tu médico o enfermero.
¿Y la medicina complementaria y alternativa?
Las medicinas complementarias y alternativas son terapias que no son recetadas por tu equipo de cuidado de la salud habitual. Estas terapias incluyen la oración, la meditación, el contacto terapéutico, la acupuntura, la dieta, las vitaminas, los minerales, los suplementos y las terapias naturales u homeopáticas. Hay varias razones por las cuales muchas personas utilizan la medicina complementaria o alternativa.
Las terapias que receta tu equipo de cuidado de la salud habitual se denominan "medicina convencional". La medicina complementaria se utiliza de manera conjunta con la medicina convencional. La medicina alternativa se utiliza en reemplazo de la medicina convencional.
Aspectos de seguridad importantes para la medicina complementaria y alternativa
- Habla con tu médico sobre cualquier medicina complementaria o alternativa que estés considerando. Estas pueden interactuar con tus medicamentos contra la AIJ y pueden afectar cómo responde tu cuerpo a la medicina. Pueden causar más efectos secundarios.
- Recuerda que es posible que la etiqueta no refleje lo que hay dentro del frasco. Algunos de estos tratamientos contienen ingredientes que no están detallados en la etiqueta. Es posible que contengan mucho más o mucho menos del ingrediente principal que lo que indica la etiqueta.
- A pesar de que se los denomine “naturales”, estos tratamientos son medicamentos que también pueden tener efectos secundarios.
- Las afirmaciones sobre muchos de estos medicamentos pueden ser atractivas. Pueden afirmar mejorar o incluso curar la AIJ. Pueden prometer hacerte sentir mejor. Mucha de la información sobre estos tratamientos se basa en historias personales de los pacientes o de los proveedores de cuidado alternativo de la salud. A pesar de que es posible que algunos de estos tratamientos puedan ayudar, no han sido estudiados científicamente.
- Verifica con tu médico para asegurarte de que estos tratamientos no interactúan con tu medicación. En muchos casos, tu médico no podrá decir con certeza que no habrá interacción alguna. Muchos de estos tratamientos nunca han sido estudiados.
- No suspendas los medicamentos que se te han recetado. Por el contrario, utiliza estos otros tratamientos junto con tu medicina regular. Asegúrate de que los médicos o enfermeras sepan lo que estás tomando.
- Algunos de estos tratamientos pueden pedirte que restringas ciertos alimentos en tu dieta. Asegúrate de no eliminar nutrientes que tu cuerpo necesita. Aún necesitas muchos nutrientes para crecer y desarrollarte adecuadamente. Por ejemplo, si estás reduciendo la cantidad de lácteos, aún necesitas el calcio para tener dientes y huesos sanos.